AFP
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Partidarios del presidente Jair Bolsonaro convocaron a manifestarse el domingo en todo Brasil para exigir que el Congreso, bajo sospecha de encarnar la “vieja política”, acelere el trámite de las reformas prometidas por el mandatario ultraderechista.

Los actos, previstos en decenas de ciudades, surgieron de la iniciativa de los grupos más radicales del bolsonarismo, en momentos en que el exmilitar enfrenta, con menos de cinco meses en el poder, una erosión rápida de su popularidad y una ola de contestación en las universidades.

Bolsonaro, después de pensárselo inicialmente, dijo que no participaría en ninguna de las marchas y recomendó a sus ministros que hicieran lo mismo.

Pero solo tomó distancias a medias de una iniciativa que, según un sector de sus aliados, puede tener un efecto contraproducente para sus reformas, empezando por la del sistema de jubilaciones, considerada crucial para equilibrar las cuentas públicas.

“Veo los actos del día 26 como una manifestación espontánea de la población, que de forma inédita se ha convertido en la principal voz de las decisiones políticas que Brasil debe tomar”, tuiteó el miércoles el jefe de Estado.

Dijo además, en un desayuno con periodistas el jueves, que cree que habrá “mucha gente” en las marchas; pero mostró preocupación por la proliferación de llamamientos en las redes sociales a favor de un autogolpe que cierre el Congreso y la corte suprema.

“Quien tenga esa agenda, se habrá equivocado de manifestación”, declaró, indicando que esos pedidos son “más [del presidente socialista venezolano Nicolás] Maduro que de Jair Bolsonaro”.

Las objeciones planteadas por legisladores y magistrados obligaron esta semana al mandatario ultraderechista a modificar sus decretos sobre tenencia y porte de armas, retirando una disposición que permitía el porte de fusiles semiautomáticos.

Los principales apoyos a las manifestaciones del domingo vienen de núcleos tan diversos como los discípulos de Olavo de Carvalho, el “gurú” ideológico de Bolsonaro, de grupúsculos de ultraderecha y de algunos gremios de camioneros.

Otros colectivos de derecha -como el Movimiento Brasil Libre (MBL) y Vem Pra Rua, que tuvieron un papel clave en las marchas que respaldaron el impeachment en 2016 de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff- se abstuvieron de cualquier llamamiento o se pronunciaron en contra. El diputado Kim Kataguiri, una figura destacada del MBL, denunció “las pautas antiliberales, anticonservadoras y antirrepublicanas” de la convocatoria.

AFP.

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